lunes, 24 de diciembre de 2007

Una Historia para no creer, o creer que todo es POSIBLE...


La increíble historia del colchonero

Como si se tratase de un cuento de hadas, el belga Gerardus Schellens, es el protagonista de una historia para creer o reventar.Hace solo un año dejó su empleo para convertirse en profesional del triatlón, y a los 39 años ganó el Ironman Sudáfrica. La historia de este personaje tiene rincones increíbles. Corrió su primer triatlón a sus 26 años, y allí comenzó su romance con el deporte de las tres disciplinas. A lo largo de 13 años en el triatlón, obtuvo buenos resultados, siempre dentro de los parámetros de un atleta que divide su tiempo entre el trabajo, la familia y el entrenamiento. Su búsqueda por su propia superación, lo llevaron a correr su primer Ironman cuando su carnet delataba 33 años.Sus 38 años lo encontraron trabajando como empleado en una fábrica de colchones de Bélgica, llevando una vida que los atletas amateurs conocemos muy bien: madrugar para entrenar por la mañana antes del trabajo, y seguir con la rutina por la noche, cuando la jornada laboral terminó.Así y todo, Gerardus obtuvo meritorios resultados como atleta aficionado. Hasta que un día se encontró con una encrucijada. Su jefe le dio dos opciones: “o sigues trabajando en la fábrica, o te vas a correr triatlón”, le dijo. Cansado de un trabajo con poca paga y enamorado del triatlón, Schellens no lo pensó dos veces y pegó el portazo: “adiós, me voy a correr triatlón” le respondió.A partir de allí comenzó a entrenar full time, con el objetivo de convertirse en profesional, obtener el apoyo de sponsors y poder vivir del Ironman.Pero el camino fue más corto de lo pensado por todos, inclusive por él mismo.Schellens, un desconocido dentro del mundo del Ironman hasta ahora, viajó el 2006 a Sudáfrica para correr lo que sería oficialmente su primer carrera como profesional del deporte. Al ver la grilla de largada, los grandes candidatos eran sin dudas el campeón defensor Raynald Tissink, y Faris Al-Sultan (Alemania), quien estrenaba su título de campeón mundial obtenido en Hawaii, durante el mes de octubre del 2006.El parte de prensa previo mostraba los perfiles de varios aspirantes al top 10 de la carrera. Pero allí no figuraba quien a la postre sería el héroe de la jornada.Gerardus se mantuvo expectante durante la natación y el ciclismo, a unos 10 minutos de los punteros. Mientras Al-Sultan y el local Raynard Tissink se alternaban el liderato de la carrera y gastaban fuerzas en un combate mutuo, no sospechaban que el belga estaba cerca, al acecho. Nadie lo tenía en cuenta, ya que nadie sabía quién era y mucho menos que era capaz de marcar con 2hs 48min 05 seg el mejor parcial de maratón, y quedarse con su primer triunfo en su corta carrera profesional, a sus 39 años.Sobre el Km. 38 de la maratón, Gerardus sobrepasó al entonces líder Tissink, quien sorprendido observaba la escena. El sudafricano, en ese momento desgastado por el duelo con Al-Sultan, poco pudo hacer, y el belga finalmente cruzó la meta con un minuto y medio de ventaja, para dedicarle su triunfo a su antiguo jefe.Solo falta un zapato de cristal, una calabaza que se transforma en carroza, y es el cuento de la cenicienta.El tercer puesto fue para otro que remontó en la maratón: el increíble Petr Vabrousek. El checo tiene una particular manera de encarar su carrera como profesional del triatlón, que consiste en correr entre 7 y 9 Ironman al año. Al punto que corrió Sudáfrica solo tres semanas después de ser 4º en el Ironman Malaysia. “Mi secreto es utilizar los Ironman como parte de mi entrenamiento. Son los únicos momentos en donde hago sesiones largas o de fondo. Ente ellos tengo una semana de recuperación y luego entrenamientos cortos y centrados en la velocidad”, comentó. Pero ojo, chicos, en casa no intenten hacer esto!: “no cualquiera puede hacer esto, sería una locura” aclara Petr, quien además de ser un profesional del triatlón es dueño de un organismo privilegiado.
Extraído de la revista digital www.atletas.info

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